Elvezia Marcucci

Elvezia Marcucci nació en Grosseto en 1910. Cuando era joven, soñó con ser pianista, pero su ambición se vio truncada cuando, víctima de abusos, quedó embarazada y se vio obligada a casarse con su agresor, Silio, un ferviente fascista asesinado más tarde por los partisanos.

A los treinta y siete años, en 1947, tras dejar a su hijo Enrico con una pareja de amigos, embarcó en Nápoles rumbo a Nueva York. Tenía poco y nada en su cartera: unos pocos dólares que le dio su hija, que ya vivía en Chicago, un pasaporte italiano y un permiso para visitar a su hija en Estados Unidos , de una duración máxima de seis meses.

El suyo es un viaje que conservó el deseo de volver a abrazar a sus seres queridos, pero también la esperanza de mejores posibilidades, de un futuro para ella y su hijo.

Elvezia habló de su aventura en el mar entre emigrantes y "jóvenes esposas" casadas probablemente por poderes con jóvenes soldados estadounidenses de servicio en Italia durante la Segunda Guerra Mundial.

Para obtener la nacionalidad estadounidense y permitir que su hijo se reúna con ella, Elvezia debía buscar marido, contando con la ayuda de su amiga Nicla, que la puso en contacto con Joe, el hermano de su marido Albert.

Una vez casada, comenzó a integrarse en la sociedad americana: aprendió a conducir y consiguió el carnet, daba clases de acuarela en una escuela nocturna y cultivó su pasión por la pintura, que pronto se convertirá en un trabajo serio. Realizó retratos en su estudio y organizó algunas exposiciones.

Testimonio recogido en colaboración con el Archivo Nacional de Diarios.